Nació en Bolivia el año 1970, en la ciudad minera de Oruro, situada al centro occidental del país. Es el último de seis hermanos, Desde muy pequeño tuvo atracción por el dibujo, incentivado por su tío Enrique Suaznabar, fotógrafo profesional establecido en la misma ciudad. Siendo el dibujo el principal motor de su creación, desde corta edad manifestó su interés por los colores y comenzó a explorar las acuarelas, pasteles y lápices de color, pintando por mucho tiempo insectos, animales, casas y rostros en soportes de papel y cartulina.
Desarrolló gran parte de su obra en su ciudad natal Oruro, fundada en 1606 con el nombre de “Real Villa de San Felipe de Austria” y ubicada a más de 3.700 metros de altura sobre el nivel del mar. Oruro posee una mística energía en su entorno y una fuerte tradición en su folklore y su carnaval, que fue declarado por la UNESCO Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Su riqueza cultural aporta con sus manifestaciones a los creadores y le otorgó al artista el suficiente incentivo para cultivar su obra.
En 1992 viajó a Chile y fue en Santiago donde realizó un curso de temporada de cuatro meses en la Escuela de Arte del Centro de Extensión de la Universidad Católica con el maestro Roberto Farriol.
Suaznabar da rienda suelta a su imaginación para trabajar y explorar, indagando en elementos del subconsciente, temas universales y comunes que preocupan a los seres humanos, como el paso del tiempo, la muerte, la naturaleza, la sexualidad, la belleza, las tentaciones, el temor, la religiosidad, experimentando y aprendiendo con cada nueva obra lo que puede y quiere decir y aportar.
Marcelo se traslada a Canadá en diciembre de 2001 con su familia. En esta nueva etapa el artista enfatizó en su trabajo con temas relativos a la naturaleza , la muerte, la maternidad, la tentación y el paso del tiempo, los cuales siguen siendo abordados desde un lenguaje surrealista y simbólico incorporando nuevos elementos en su obra como animales en transformación, huevos, cubos, códigos de barras, bicicletas y relojes con un lenguaje propio que recorre toda su obra.